La expedición planeaba atravesar el continente antártico en trineos tirados por perros saliendo desde una base en el Mar de Weddell hasta McMurdo Sound, a través del Polo Sur. El invierno de 2014 fue particularmente duro y en diciembre de 1914 la expedición ingresa a un banco de hielo en el mar de Weddell frente a la costa de la Antártida, a unas 1.100 millas náuticas al este de la península de Palmer. En enero de 1915, el Endurance está a unas escasas 60 millas náuticas de su destino previsto. Pero también está congelado e inmóvil, aprisionado por una enorme masa de hielo flotante que se extiende hacia todos los horizontes. El Endurance se desplaza con la banquisa durante varios meses, y pierde de vista la costa cuando la típica corriente marina del mar de Weddell hace girar la masa de hielo lentamente en el sentido de las agujas del reloj.
La esperanza era que las “bolsas” de hielo se rompieran y, retomando el control del barco, pudieran seguir su camino, pero esto nunca ocurrió. Pasaron un horrible invierno polar a bordo y finalmente el Endurance fue aplastado bajo las increíbles presiones del hielo que lo rodeaba hasta que finalmente se hundió. Y allí comienza una de las historias de supervivencia, valor y determinación más reconocidas de la historia.
Shackleton y sus 27 miembros de la tripulación abandonan el barco y establecen una serie de campamentos consecutivos en varios témpanos de hielo, moviendo sus tiendas de campaña.
Los tripulantes del Endurance deben buscar la forma de regresar a la civilización a través del hielo flotante en mar abierto en trineos y tres botes salvavidas. Se hacen intentos para atravesar la banquisa en trineos tirados por perros; sin embargo, la condición del hielo hace que ese viaje sea terriblemente lento y difícil. El plan deja al grupo totalmente dependiente de la naturaleza caprichosa de la dirección del viento y las condiciones del mar. No obstante, la tripulación sigue siendo esencialmente optimista, a pesar del inicio de la noche polar de seis meses de duración. Se acostumbran a las reservas de alimentos disminuidas, así como a una dieta que consiste principalmente en pingüinos y focas.
Al tiempo, el lento aumento de la temperatura del mar provoca la ruptura parcial de la banquisa; también produce deterioro y agrietamiento de los témpanos. En más de una ocasión, los hombres evacuan de emergencia cuando se forman grietas profundas en el témpano en el que acampan. Shackleton dirige a la tripulación a los tres pequeños botes de madera abiertos. Después de una peligrosa serie de terribles desventuras, los botes y la tripulación logran llegar a la Isla Elefante, donde establecen un campamento en un estrecho tramo de playa.
Si bien finalmente están instalados en tierra firme, está claro que no pueden sobrevivir en la isla indefinidamente. En abril de 1918, Shackleton selecciona a cinco miembros de la tripulación para que lo acompañen en un esfuerzo final para llegar a Georgia del Sur atravesando el Pasaje de Drake en un pequeño bote de madera. Soportando tormentas, olas de 80 pies y vientos de 60 millas por hora, los marineros superan dificultades inimaginables y finalmente llegan a la isla Georgia del Sur.
Temiendo que más viajes por mar en el área resulten en una muerte segura, Shackleton selecciona a dos miembros de la tripulación para que lo acompañen en el cruce de la isla, repleta de montañas glaciares, a pie. En un período de 36 horas, superan numerosos contratiempos, escalan montañas y evitan una muerte segura por congelación cuando aceleran su descenso de un glaciar deslizándose, en lugar de escalar.
Finalmente, los hombres llegan al puesto avanzado de caza de ballenas donde son idolatrados por capitanes balleneros experimentados que son conscientes de la magnitud de su hazaña. Shackleton rescata al resto de su grupo al otro lado de la isla Georgia del Sur e inmediatamente intenta rescatar a los hombres que quedaron en la isla Elefante. Después de tres intentos cuando los barcos de rescate se ven frustrados por el hielo que rodea la isla, logra un rescate de toda la tripulación y los devuelve a Inglaterra.
En el año 1959 Alfred Lansing escribió el libro que dio luz al relato definitivo de esta increíble historia, y está basado en los diarios de quienes estuvieron en el viaje. Durante la travesía, la tripulación del Endurance tuvo que deshacerse de muchas de sus pertenencias, pero se les permitió mantener sus diarios. Prácticamente todos los diarios llevados durante la expedición se pusieron a disposición del autor, y casi todos los miembros sobrevivientes de la expedición se prestaron a largas entrevistas con Lansing quien obtuvo una visión increíblemente fiel de estas 28 personas notables, lo que le da la historia un matiz que otros autores sobre este tema no pudieron obtener. El libro es una guía que relata el viaje de regreso a casa literalmente contra viento y marea, agrega contexto sobre el medio ambiente y la historia de la Antártida, y proporciona detalles específicos que ayudan a completar la imagen del viaje tal como lo experimentaron esos hombres. También examina los éxitos y fracasos del increíble liderazgo de Shackleton y lo que los líderes modernos pueden aprender de él.
Endurance: Shackleton’s Incredible Voyage, es una notable historia de valentía, coraje y determinación. Hay muchas aventuras de personas que superan las probabilidades de sobrevivir en los entornos más desafiantes y hostiles. Pero esta historia parece ser la mejor de todas.