El lujoso Bayesian, construido por el prestigioso astillero italiano Perini Navi, había zarpado de Róterdam, en los Países Bajos, pasando por varios países europeos, incluidos Bélgica, Francia, el Reino Unido, Portugal y España, antes de cruzar el Estrecho de Gibraltar para dirigirse a la costa italiana. Tras hacer escala en el puerto de Milazzo el domingo 18 de agosto, el Bayesian llegó a Porticello después de pasar un día frente a las costas de Cefalú, donde permaneció anclado a 500 metros de la costa, frente al puerto. Esa noche, durante la madrugada del 19 de agosto, una tormenta con fuertes vientos azotó el puerto. En solo 16 minutos el Bayesian estaba completamente bajo el agua. Solo sobrevivieron quince de las veintidós personas a bordo. Entre los fallecidos están el propio Mike Lynch y su hija de 18 años, Hannah.
La esposa de Mike Lynch, Ángela Bacares, de 57 años, quien pudo ser rescatada, recuerda que el barco se “inclinó” repentinamente alrededor de las 4 de la madrugada, “antes de que el cristal comenzara a romperse”. Entre los fallecidos se encuentran también el presidente del banco de inversiones Morgan Stanley, Jonathan Bloomer, y su esposa Judy; el abogado de Lynch, Chris Morvillo, y su esposa Neda; y el chef del yate, Recaldo Thomas.
El Bayesian era un velero con 55,9 metros de eslora y 11,51 metros de manga, construido por el astillero italiano Perini Navi. Se botó en 2008 y pasó por una reforma en el año 2016 en Mallorca, donde se hicieron diferentes trabajos de acondicionamiento y modernización de la embarcación. Sin embargo, según Yatch Charter Fleet, la última remodelación conocida se llevó a cabo en 2020.
Fue construido con un casco y superestructuras de aluminio y un mástil de aluminio de setenta y cinco metros, el más alto del mundo, que le permitía desplegar tres mil metros cuadrados de velamen. Su desplazamiento de 473 toneladas con carga plena da una idea del tamaño del Bayesian.
El velero fue diseñado para acomodar a todo lujo hasta doce huéspedes distribuidos en seis camarotes, más diez tripulantes, por lo que el Bayesian se encontraba con el número máximo de ocupantes en el momento del desastre.
El buen gusto formaba parte de la esencia de esta embarcación: tenía un interior elegante y minimalista de madera clara con detalles de estilo japonés del diseñador francés Rémi Tessier. Más allá de su propulsión a vela, el Bayesian disponía de un par de motores diésel fabricados por MTU, de 965 caballos cada uno, lo que le proporcionaba una velocidad de crucero de 12 nudos (22 km/h) y una máxima que alcanzaba los 15 nudos (28 km/h). El tanque de combustible era de 57.000 litros y le otorgaba una autonomía de 6.700 kilómetros, suficiente para cruzar el Océano Atlántico.
En el año 2009 el Bayesian ganó el premio Superyacht al mejor velero del año.
Los especialistas consideraban al Bayesian como “Inhundible”. Lamentablemente, no fue así. Si bien las razones de la tragedia aún se encuentran bajo investigación hay diferentes especulaciones sobre el motivo del accidente sobre las cuales varios testigos y voces autorizadas ya empiezan a dar testimonio. Según testigos presenciales en el puerto esa noche hubo una tromba marina. En esencia, es un tornado que se forma sobre el agua, creado por columnas giratorias de vientos muy destructivos. Según distintos testigos se observaron trombas marinas antes del hundimiento del Bayesian.
Fabio Cefalù, un pescador local de 36 años, le contó al periódico “The Guardian” que esa noche decidió levantarse en la madrugada para salir a pescar. Cuando llegó al puerto a las 3.30 de la madrugada, los primeros relámpagos iluminaron el cielo. “A las 3.55 llegó una especie de minitornado”, cuenta Cefalú. “He visto muchas tormentas en mi vida, pero nunca había visto nada parecido. Vi cómo el viento barría las sillas y las mesas del bar, en dirección a los barcos del puerto. Los muelles desviaron el torbellino, que se dirigió directamente hacia el yate”.
A unos 150 metros del Bayesian se encontraba el barco Sir Robert Baden, un velero de bandera holandesa construido en 1957 y capitaneado por el experimentado marinero Karsten Borner, de 69 años. Borner fue el primero en intentar prestar ayuda al Bayesian, pero el barco ya se estaba hundiendo. “Nos despertó la tormenta”, dijo Karsten a “The Guardian”. “Lo primero que hice fue poner en marcha los motores de mi velero, levar anclas y poner el barco proa al viento para darle más estabilidad a la embarcación. Después de asegurar nuestro bote, nos acercamos inmediatamente al Bayesian”. “Nunca había visto un barco de este tamaño hundirse tan rápidamente”, dijo Borner. “En pocos minutos no quedó nada. Entonces vimos la balsa con los quince pasajeros sobrevivientes. Fue una tragedia”.
Según la agencia de noticias italiana Adnkronos, que cita a fuentes de las autoridades que hablaron con algunos de los sobrevivientes, “los pasajeros buscaron vías de escape y llegaron al lado opuesto del barco en el que se encontraban”. Pero el agua ya había llegado a los camarotes. Al parecer, el barco se hundió primero por la proa y luego volcó lentamente hacia la derecha.”
Giovanni Costantino, fundador y consejero delegado de The Italian Sea Group – holding dueño del astillero Perini Navi – apuntó directamente a la tripulación con declaraciones contundentes sobre la tragedia: aseguró que el naufragio fue el resultado de “una larguísima lista de errores” por parte de la tripulación, calificando al Bayesian como “uno de los buques más seguros del mundo” y prácticamente “inhundible”. “Todo lo que se hizo revela una larguísima lista de errores. No debería haber habido gente en los camarotes, el barco no debería haber estado fondeado”, declaró Costantino en una entrevista al periódico “Corriere della Sera”.
También cuestionó la falta de previsión de la tripulación ante las condiciones meteorológicas adversas: “¿Por qué la tripulación no sabía que se avecinaba una perturbación? Los pasajeros contaron algo absurdo, es decir, que la tormenta llegó inesperadamente, de la nada. Esto no es cierto. Todo era previsible”. Según Costantino, el hundimiento se produjo debido a la entrada de agua en el barco. “No hay otra explicación”, dijo. “Ciertamente, la tormenta habría supuesto un riesgo cero si se hubieran realizado las maniobras correctas y no se hubieran producido situaciones que comprometieran la estabilidad del barco”. “El barco estaba fondeado. En un momento dado el ancla pierde su agarre y se desplaza, arrastrado por el viento que la empuja. La empuja durante 4 minutos, la gira y la coloca en la posición en la que se hundió. En esos cuatro minutos -y asumo la responsabilidad de lo que digo- en el barco ya entró agua”, explicó. Prueba de ello, según Costantino, es el video de la cámara de seguridad que captó el hundimiento del velero. “Se puede ver el mástil en vertical primero todo encendido y luego apagado, excepto la bombilla de la parte superior que toma energía de una batería”, dijo. “Si la nave se apagó significa que fue el agua la que causó el cortocircuito”.
«Antes de la tormenta, el capitán debió haber cerrado todas las aberturas, luego levar anclas, encender el motor, apuntar al viento y bajar la quilla. A la mañana siguiente zarparían de nuevo sin daños”.
Además, cuestiono que “era inapropiado celebrar, como he leído, una fiesta. Esa noche no. Había que blindar el casco y la cubierta cerrando todas las puertas y escotillas, después de colocar a los invitados en el punto de reunión del barco según el procedimiento de emergencia”. También citó como ejemplo el accionar del comandante del velero Sir Robert, que estaba al lado del Bayesian. “Lo gestionó todo sin problemas”, dijo. En efecto, Karsten Borner, el capitán del barco y que rescató a algunos de los supervivientes, dijo a Reuters que cuando se desató la tormenta había encendido el motor para mantener el control de la embarcación.
Para cerrar, Constantino agregó: “Un barco de Perini Navi resistió al huracán Katrina, de categoría 5. ¿Les parece que no pueda resistir una tromba marina aquí?”, concluyó. “Entre la llegada de una borrasca y el ingreso de agua hay un mundo. Deberían haber hecho una serie de actividades para no estar en esa situación. Es una buena práctica, cuando el barco está fondeado, tener un guardia en el puente, y si estaba allí no podía no haber visto venir la tormenta. En cambio, hizo agua con los invitados aún en sus camarotes”.
Más allá de la opinión del responsable de Perini Navi, que seguramente está sesgada por la necesidad de proteger la reputación del astillero que construyó el Bayesian, lo más probable es que la explicación no sea solo una, sino una suma de factores. Lo cierto es que aún quedan muchas preguntas por responder:
Si el barco estaba fondeado en una zona con una profundidad de más de 50 metros, ¿Por qué la quilla estaba levantada?
Un barco de este tamaño tiene estrictos protocolos, no solo para la navegación, sino también para el momento en que se encuentra fondeado y por supuesto un procedimiento específico si hay amenazas de mal tiempo. ¿Qué medidas tomó la tripulación? El capitán del Bayesian, James Cutfield, habría dicho a los medios italianos que no podía prever la tormenta que azotó al Bayesian. Pero sí sabemos que el mal tiempo ya había sido pronosticado de antemano.
Luca Mercalli, presidente de la Sociedad Meteorológica Italiana, dijo el martes que la tripulación debería haberse asegurado de que todos los invitados estuvieran despiertos y asignarles chalecos salvavidas, dado el mal pronóstico.
Un experto en el lugar del accidente en Sicilia dijo a la agencia de noticias Reuters que el foco inicial de la investigación radica en si la tripulación del yate no había cerrado las escotillas de acceso antes de que llegara el mal tiempo.
Otra pregunta sin respuesta es ¿por qué se hundió el barco tan rápido? Para que el barco se hunda, especialmente a esa velocidad, es necesario que el agua se introduzca en el interior del barco a lo largo de toda su longitud. Y para ello tuvo que haber escorado 90 grados, algo que probablemente podría haberse evitado si la quilla del barco hubiera estado completamente desplegada.
¿Había dos personas de guardia durante la noche como especifica el procedimiento cuando hay pronóstico de mal clima? Los fiscales creen que una persona estaba de guardia en la cabina esa noche. De ser así, será fundamental la declaración de ese tripulante.
Mientras los investigadores intentan desentrañar los eventos que causaron el hundimiento, Stephen Edwards, un ex capitán del Bayesian, reveló que el barco tenía varias limitaciones operativas producto de su particular construcción que podrían haber contribuido al naufragio durante la potente tormenta frente a las costas de Sicilia. Edwards realizó un detallado análisis de las características del barco en un artículo publicado en el sitio especializado en temas náuticos Scuttlebutt. Apuntó en particular a algunos desafíos de estabilidad con respecto a la escora, un término técnico que se refiere a la forma en que una embarcación se “inclina” hacia un lado, normalmente a causa de la fuerza del viento lateral.
“Escorarlo a más de unos 45 grados en estado operativo normal podría provocar una inundación y la consiguiente pérdida si la inundación no pudiera controlarse”, escribió. La estabilidad operativa del Bayesian también fue un tema central en el análisis de Edwards. Todos los barcos de esta categoría, explicó, se entregan con una serie de recomendaciones de plan de velas conocido como Libro de Información sobre Estabilidad. Este libro incluye detalles precisos sobre los límites de carga y funcionamiento, así como datos sobre los ángulos de estabilidad crítica y el uso de la orza.
El Bayesian tenía una orza de 9,7 metros que, en el momento del hundimiento, estaba replegada, sin llegar a la mitad de su extensión: puede que se replegara al acercarse a las aguas poco profundas, pero no volvió a desplegarse a pesar de que la profundidad lo permitía, y a pesar de un viento comprobado de 80 nudos o 150 km/h.
El Bayesian sólo tenía una puerta en el casco, añadió Edwards, y señaló que sólo podía abrirse en “condiciones de calma total”. Este es uno de los puntos en los que se enfocan las investigaciones. Una de las acusaciones del fabricante es que la tripulación dejó la compuerta de popa abierta, apuntando a un descuido tras una fiesta que se celebró a bordo del barco antes de la tragedia.
Otra de las cuestiones que más ha llamado la atención de los investigadores es: ¿por qué la tripulación pudo subir al bote salvavidas cuando aún quedaban pasajeros atrapados en el barco?.
Los fiscales ahora creen que una ráfaga descendente fue el fenómeno meteorológico que golpeó el barco: un viento potente y localizado que desciende de una tormenta y se propaga de forma impredecible. Esta explicación contradice informes anteriores de testigos que habían identificado la causa como una tromba marina o un mini tornado en el mar. De cualquier manera, está claro que el clima extremo jugó un papel importante.
En una conferencia de prensa los fiscales locales dijeron que habían iniciado una investigación sobre posibles delitos de homicidio involuntario y naufragio por negligencia. El fiscal estatal de la región, Ambrogio Cartosio, dijo a los periodistas que, si bien la investigación se encontraba en una etapa preliminar y no se estaba investigando a nadie en particular, había “muchas posibilidades de culpabilidad”.
Para acercarse más a la verdad será fundamental reflotar el barco para hacer las pericias correspondientes. En palabras del fiscal, “un desarrollo serio de la investigación se basa fundamentalmente en la recuperación del velero. Si no lo recuperamos y lo examinamos detenidamente difícilmente podremos configurar eventuales responsabilidades sobre lo ocurrido”.
La embarcación se encuentra a 50 metros de profundidad frente a las costas de Sicilia. Según las leyes italianas el barco debe ser removido, y el propietario debe hacerse cargo del costo de reflotarlo. El ingeniero de salvamento que dirigió la operación para recuperar el Costa Concordia afirmó que el costo de la operación de rescate probablemente será de unos 15 millones de euros y llevaría entre seis y ocho semanas.